viernes, septiembre 08, 2006

El pretendiente orgulloso

El pretendiente orgulloso


Cuentan que una bella princesa estaba buscando consorte. Aristócratas y adinerados señores habían llegado de todas partes para ofrecer sus maravillosos regalos. Joyas, tierras, ejércitos y tronos conformaban los obsequios para conquistar a tan especial criatura.Entre los candidatos se encontraba un joven plebeyo, que no tenía más riquezas que amor y perseverancia. Cuando le llegó el momento de hablar, dijo:Princesa, te he amado toda mi vida. Como soy un hombre pobre y no tengo tesoros para darte, te ofrezco mi sacrificio como prueba de mi amor. Estaré cien días sentado bajo tu ventana, sin más alimentos que la lluvia y sin más ropas que las que llevo puestas .Ésa es mi dote...La princesa, conmovida por semejante gesto de amor, decidió aceptar. Tendrás tu oportunidad: Si pasas la prueba, me desposarás.Así pasaron las horas y los días. El pretendiente estuvo sentado, soportando los vientos, la nieve, y las noches heladas. Sin pestañear, con la vista fija en el balcón de su amada, el valiente vasallo siguió firme en su empeño, sin desfallecer un momento. De vez en cuando la cortina de la ventana real dejaba traslucir la esbelta figura de la princesa, la cual, con un noble gesto y una sonrisa, aprobaba la faena.
Todo iba a las mil maravillas. Incluso algunos optimistas habían comenzado a planear los festejos. Alllegar el día noventa y nueve, los pobladores de la zona habían salido a animar al próximo monarca. Todo era alegría y jolgorio, hasta que de pronto, cuando faltaba una hora para cumplirse el plazo, ante la mirada atónita de los asistentes y la perplejidad de la infanta, el joven se levantó y sin dar explicación alguna, se alejó lentamente del lugar.Unas semanas después, mientras deambulaba por un solitario camino, un niño de la comarca lo alcanzó y le preguntó a quemarropa:¿Qué fue lo que te ocurrió?..Estabas a un paso de lograr la meta. ¿Por qué perdiste esa oportunidad? ¿Por qué te retiraste?Con profunda consternación y algunas lágrimas mal disimuladas, contestó en voz baja:No me ahorró ni un día de sufrimiento... Ni siquiera una hora... NO MERECÍA MI AMOR.
El merecimiento no siempre es egolatría, sino dignidad. Cuando damos lo mejor de nosotros mismos a otra persona, cuando decidimos compartir la vida, cuando abrimos nuestro corazón de par en par y desnudamos el alma hasta el último rincón, cuando perdemos la vergüenza, cuando los secretos dejan deserlo, al menos merecemos comprensión. Que se menosprecie, ignore o desconozca fríamente el amor que regalamos a manos llenas es desconsideración o, en el mejor de los casos, ligereza. Cuando amamos a alguien que además de no correspondernos desprecia nuestro amor y nos lastima con su indiferencia, estamos en el lugar equivocado. Esa persona no se hace merecedora del afecto que le prodigamos. La cosa es clara: si no me siento bien recibido en el corazón de alguien, hago las maletas y me voy. La misión de todos en este mundo es encontrar la felicidad, pero la real, no la que creemos que es.Nadie se quedaría intentando agradar y disculpándose por no ser como les gustaría que fuera. No hay vuelta de hoja. En cualquier relación de pareja que tengas, no te merece quien no te ame ni te comprenda, y menos aún, quién te lastime. Y si alguien te hiere reiteradamente, puede que te merezca, pero no te conviene...

14 comentarios:

Anónimo dijo...

tienes tu primer meme en mi blog ^_^

Anónimo dijo...

Y aquí tienes una Namuri que ya se ha leído tu blog ;P

La bailarina boxeadora dijo...

Biennnn!!! va por los dos mensajes

La bailarina boxeadora dijo...

dije bien porque no sabia lo que era un meme de esos. diox ahora me arrepiento, vaya marróncete, eh guapa...

Anónimo dijo...

Bonita historia, y bien contada, pero he de decir que no me gusta, porque me recuerda el estilo gurú de Paulo Coelho.

A pesar de eso, es una historia muy pronfunda, y está muy bien.

El Mago:*

La bailarina boxeadora dijo...

Gracias mago.
La proxima vez lo intentaré algo mas estilo Terry Pratchett, a ver si te gusta más. (es coña, me seria imposible hacerlo).

Anónimo dijo...

Pratchett no tiene un estilo en sí mismo, lo que le caracteriza es el humor inglés que destilan sus libros XP.

El Mago:*

La bailarina boxeadora dijo...

Bueno...
Pues lo intentaré con algun comentario con algun toque de humor ingles. Aunque espero que ese tipo de humor no sea como el tuyo, porque sino...

Anónimo dijo...

Oye, niña, que tu tampoco eres como para el club de la comedia, ¿eh? Si es que menudos amigos tengo XP XD.

El Mago:*

La bailarina boxeadora dijo...

Tienes los amigos que te mereces mala persona.
Yo soy mas graciosa que tu. Sin duda.
Porque el chiste del mono y el cerdo... Si, hace gracia pero no cuando tu lo cuentas.

Anónimo dijo...

¿Los amigos que me merezco? ¡Pero si sois de lo peor que había en el rastro! Y por cierto, es cierto que eres más graciosa, con esos zapatitos y esa carterita... di conmigo: ¿¡Cómo están ustedes!? XDDDDD.

El Mago:*

La bailarina boxeadora dijo...

Por favor que alguien salga en mi defensa. Que yo sola con este no puedo.

Desde que me junto contigo, tengo menos gracia, si es posible.

Anónimo dijo...

*Partiéndome el culo*



Namuri.

La bailarina boxeadora dijo...

Je je. si es que sigo siendo igual de graciosa que siempre.

Le hago gracia incluso a Namuri (y mira que es dificil).