martes, septiembre 05, 2006

Los renglones torcidos de Dios

Una novela magistral, donde la sutil línea que separa la cordura de la razón se vuelve aún más difusa.

Una joven bonita, inteligente, y que parece poseer una gran seguridad en si misma y un dominio absoluto de cuanto la rodea, es ingresada por un familiar en un centro psiquiátrico. ¿Qué tipo de enfermedad padece? Lo desconocemos, será trabajo de los médicos averiguarlo y suministrarle el tratamiento más adecuado. Sin embargo, nada es lo que parece. Asegura, de forma categórica, que no está enferma, sino que se encuentra allí de incógnito para resolver un misterio. Dice ser detective privado, en una misión peligrosa. Pero la persona que puede corroborar su versión se encuentra momentáneamente de vacaciones. ¿Dice la verdad? Quizás sea cierto, y sólo se halla allí de manera provisional, para realizar un trabajo. Quizás sea falso, y parte de su locura sea creerse quien no es. Nadie puede saberlo. Y su comportamiento no da pistas seguras. Demuestra ser una mujer muy inteligente, prudente y sensible. Pero también autoritaria, déspota, intolerante, egocéntrica...

De esta forma transcurre la novela. El lector se sumerge de lleno en un mar de dudas; y acompaña a los médicos, enfermeras y demás internos en un viaje a través de la confusión y la incertidumbre.

Entremezclada con esta historia de dudas y misterios, se enlazan otras historias, no menos interesantes, donde se suceden asesinatos que parecen provocados por profundos odios ancestrales, miedos a la vida y a la muerte, y, especialmente, una profunda historia de amor. Porque esta novela es, básicamente, una historia de amor. De amores imposibles, de amores absolutos, provocados por la necesidad, la desesperación, la angustia, y también el deseo y la pasión. Un triángulo amoroso imposible pero posible. Me gusta de esta novela el tratamiento que hace, en cierta medida, del concepto del amor. Se aleja un poco de la típica historia absurda, de pasiones irracionales, deseos incontrolables, amores a primera vista que no se pueden controlar y tanta tontería que suele abundar en la gran mayoría de las novelas. Nos muestra aquí el autor un concepto de amor nacido, en gran medida, del respeto hacia la otra persona, y de la admiración hacia las cualidades y comportamientos de la misma. Un amor algo más sereno, más intelectual, más real (al menos, tal y como yo entiendo el amor).
Curioso, que para ver una descripción algo realista del amor, debamos irnos a un manicomio. Quizás sea que amor y locura no son conceptos tan distintos.

Lo más destacable de esta novela es el trabajo de documentación de Torcuato Luca de Tena. Ingresó de incógnito, sin el conocimiento de ninguna otra persona, en un hospital psiquiátrico durante unos meses. Allí pudo comprobar de primera mano el comportamiento diverso y estrambótico de los enfermos mentales. Todos los personajes de la novela son figuras calcadas de la realidad. Los comportamientos autistas, agresivos, esquizofrénicos, fóbicos, etc. que se describen en el libro son reales. Nos presenta así toda una galería de personajes y personajillos extravagantes, tristes, melancólicos, obscenos, descarados, impúdicos, miedosos, histéricos... Son personas a las que, por algún motivo físico (una lesión de la columna vertebral, el cerebro, etc.), mental o incluso desconocido (alguna enfermedad del alma, tal vez), se les ha desconectado un interruptor y se han apartado de nuestro lado. O quizás sea al revés. A ellos se les ha encendido ese interruptor, y eso les permite ver un
mundo distinto, con otras reglas, un mundo mágico y misterioso que a los demás se nos está vedado. Tal vez Dios haya querido permitir sólo a unos pocos conocer una realidad diferente. Pero los demás no somos capaces de leer su mensaje, pues lo ha escrito con renglones torcidos. ¿Estará loca esta mujer? ¿Dice la verdad y se está cometiendo una injusticia con ella? Hasta el final no se sabe. Aunque, en realidad, ¿quién no está un poco loco? Al fin y al cabo, todos tenemos alguna herida en el alma. Ni están todos los que son, ni son todos los que están.

Tengo que dar las gracias a la persona que me lo recomendó y que me lo prestó indefinidamente. Gracias a ella he podido disfrutar de este libro varias veces.

Gracias Bego.

6 comentarios:

La bailarina boxeadora dijo...

Ya veis que estoy intentando Que esto salga adelante.

Anónimo dijo...

muy chulo el blog ^_^

mujergata dijo...

Me ha gustado mucho tu reseña del libro. Lo cierto es que hablas muy bien de él siempre, así que algún día te lo pediré (si puede ser, claro). ^^

La bailarina boxeadora dijo...

Por supuesto que puede ser. A pesar de que (creo que esto ya lo sabes) no suelo prestar mis libros. Antes prestaría cualquier otra cosa.
Pero da la casualidad de que la persona que me lo recomendó también me lo prestó, y a pesar de que yo me compré otra edicion, aún no he conseguido devolverselo (no porque no haya tenido ocasión, sino porque no quiere cogerlo porque sabe que me gustó mucho). Asi que hasta que consiga devolverselo, tengo dos ediciones de este libro, así que cuando tengas tiempo y ganas de leerlo, no tienes mas que decirlo.

Anónimo dijo...

Mi fábula favorita

Cuentan que una vez se reunieron en un lugar de la tierra todos los sentimientos y cualidades de los hombres.
Cuando EL ABURRIMIENTO había bostezado por tercera vez, LA LOCURA, como siempre tan loca, les propuso: "Vamos a jugar a las escondidas". LA INTRIGA levantó la ceja intrigada y LA CURIOSIDAD, sin poder contenerse, pregunto: "¿a las escondidas? ¿Y cómo es eso?"

"Es un juego", explico LA LOCURA, "en que yo me tapo la cara y comienzo a contar desde uno hasta un millón mientras ustedes se esconden, y cuando yo haya terminado de contar, al primero de ustedes que encuentre ocupará mi lugar para continuar el juego".

EL ENTUSIASMO bailó secundado por LA EUFORIA. LA ALEGRIA dio tantos saltos que terminó por convencer a LA DUDA, e inclusive a LA APATIA, a la que nunca le interesaba nada.

Pero no todos quisieron participar. LA VERDAD prefirió no esconderse. Para que, si al final siempre la hallarán, y LA SOBERBIA opinó que era un juego muy tonto (en el fondo lo que le molestaba era que la idea no hubiese sido de ella). LA COBARDIA prefirió no arriesgarse..."1, 2, 3...." comenzó a contar LA LOCURA.

La primera en esconderse fue LA PEREZA, que como siempre se dejó caer tras la primera piedra del camino. LA FE subió al cielo y LA ENVIDIA se escondió tras la sombra del TRIUNFO, que con su propio esfuerzo había logrado subir a la copa del árbol más alto.
LA GENEROSIDAD casi no alcanzaba a esconderse.

Cada sitio que hallaba le parecía maravilloso para alguno de sus amigos: que si un lago cristalino ideal para LA BELLEZA, que si la hendija de un árbol perfecto para LA TIMIDEZ, que si el vuelo de la mariposa lo mejor para LA VOLUPTUOSIDAD, que si una ráfaga de viento para LA LIBERTAD. Finalmente terminó por ocultarse en un rayito de sol. EL EGOISMO, en cambio, encontró un sitio muy bueno desde el principio, ventilado, cómodo...pero sólo para él.

LA MENTIRA se escondió en el fondo de los océanos (mentira, en realidad se escondió detrás del arco iris), y LA PASION y EL DESEO en el centro de los volcanes. EL OLVIDO...se me olvidó dónde se escondió...pero eso no es lo importante.

Cuando LA LOCURA contaba 999.999, EL AMOR aún no había encontrado sitio para esconderse, pues todo se encontraba ocupado...hasta que divisó un rosal y enternecido decidió esconderse entre sus flores. "Un millón", contó LA LOCURA y comenzó a buscar.

La primera en aparecer fue LA PEREZA solo a tres pasos de una piedra. Después escuchó A LA FE discutiendo con Dios en el cielo sobre Zoología, y a LA PASION y EL DESEO los sintió en el vibrar de los volcanes. En un descuido encontró a LA ENVIDIA y, claro, pudo deducir dónde estaba EL TRIUNFO. EL EGOISMO no tuvo ni que buscarlo, él solito salió disparado de su escondite, que había resultado ser un nido de avispas.

De tanto caminar sintió sed y al acercarse al lago descubrió a LA BELLEZA, y con LA DUDA resultó más fácil todavía, pues la encontró sentada sobre una cerca sin decidir de qué lado esconderse. Así fue encontrando a todos, EL TALENTO entre la hierba fresca, a LA ANGUSTIA en una oscura cueva, a LA MENTIRA detrás del arco iris (mentira, si ella estaba en el fondo del océano) y hasta EL OLVIDO...que ya se le había olvidado que estaba jugando a las escondidas.

Pero solo EL AMOR no aparecía por ningún sitio. LA LOCURA buscó detrás de cada árbol, bajo cada riachuelo del planeta, en la cima de las montañas, y cuando estaba por darse por vencida divisó un rosal y las rosas...

Tomó una horquilla y comenzó a mover las ramas, cuando de pronto se escuchó un doloroso grito . Las espinas habían herido en los ojos AL AMOR.

LA LOCURA no sabía qué hacer para disculparse, lloró, rogó, imploró, pidió perdón y hasta prometió ser su lazarillo. Desde entonces, desde que por primera vez se jugó a las escondidas en la tierra...EL AMOR ES CIEGO Y LA LOCURA SIEMPRE LO ACOMPAÑA.

La bailarina boxeadora dijo...

Esta fábula me parece preciosa Bego. De hecho, la voy a poner como post para que todo el mundo que entre aqui pueda verla.